Poesía:
en las Orillas del Xares.
De este libro, de fantásticas poesías dedicadas al
río Xares y otros textos, recopilo la siguiente información interesante sobre
Alberguería y su entorno.
Saír.
|
|
|
EN LAS
ORILLAS DEL XARES.
Río Xares de aguas limpias
de los neveros gélidos,
en donde se bañaban las náyades, cerca de
las cascadas,
jugando con la espuma que formaban al caer las
aguas?
(Pongo la poesía
En las orillas del Xares íntegra, el
río Xares de su poesía bien se lo merecía, y doy las gracias y
la enhorabuena a Esteban Enriquez Fernández por
deleitarnos con un libro tan maravilloso, desde el principio al
fin.)
|
EN LAS
ORILLAS DEL XARES
¡Oh, pacíficos
sotos de castaños y amarillas retamas
de cegadora luz, cuando
florecen esparciendo aromas
al viento, que lleváis a mi
memoria los sueños queridos
de mis amores jóvenes y
mágicas pasiones bellas...!
Cuando vuelvo
atrás la mirada, veo las montañas y laderas
que dieron vida a mis sueños
jóvenes a orillas del Xares,
en veranos felices, bañándome
en sus limpias aguas.
¡Oh, luminosos sueños de mis
sueños primeros, ya lejanos,
recorriendo grutas y senderos
verdes de alfombras hierbas,
donde crecían flores y
tréboles que aromaban mis sentidos;
¡Volved otra vez! que el sol
todavía se asoma al amanecer,
y la tierra sigue girando
sobre su eje...
Cuando alzo mis
ojos sobre las ensortijadas hojas
de la hiedra que se abraza a
los castaños por donde el sol se filtra
aún veo las cumbres en donde
la nieve engendraba arroyos
y alimentaba el río, en tanto
el viento se deshacía en música,
mientras en los castaños
brotaban áureas cabelleras
de flores amarillas, que
peinaba la brisa de la tarde;
y aún escucho el susurro de
los robles que acaricia el viento
en la cima del monte, allí
donde pastan los ganados
y la nieve descansa en el
invierno en un apacible sueño...
Veo las mismas
cumbres que dora el sol del atardecer
cuando regresaban los ganados
al toque de oración;
y veo las laderas donde
crecían tomillos y cantuesos,
que esparcían su aroma al
viento filtrándose entre las nubes
purpúreas de la tarde, al
ponerse el sol en el ocaso;
y al verlas, todavía siento
la nostalgia del tiempo,
cuando subía al monte
escalando paso a paso entre brumas.
A orillas
del Xares, hijo del Sil, vi crecer los alisos
gigantes, elevándose sobre
los castaños centenarios,
en donde los molinos
trituraban los granos de centeno
cultivado en las laderas,
junto a las cantuesos y tomillos...
Y me pregunto: ¡Dónde está
aquel río que desapareció
del cauce hoy totalmente seco
y no se escuchan sus murmullos?
¿Qué fue del agua donde se
bañaban las ninfas de los bosques,
en las cálidas tardes de
verano, cuando calentaba el sol?
¡Salve!
cumbres y montañas que al Xares permitisteis paso
desde las puras fuentes de
Trevinca hasta los valles del Sil
en Valdeorras; ¡Salve!
También vosotros sufristeis
el escarnio y el expolio de
los trozos de poesía
que musicaban los jilgueros,
el zorzal y los ruiseñores...
La
historia se repite; antes fueron poderos Romanos
abriendo canales para lavar
las áureas arenas,
y hoy, son centrales
eléctricas de fuerza energética.
De aquel río ya no queda
nada, está seco su cauce,
solamente el recuerdo de que
por allí pasó una vez un río
que todavía buscan mis ojos
entre las calladas sombras
de los verdes alisos que
invadieron sus grutas y su cauce.
¿Dónde estás río
Xares de aguas limpias de los neveros gélidos
en donde se bañaban las
náyades, cerca de tus cascadas,
jugando con la espuma que
formaban al caer las aguas?
Ya no eres río, ya no eres
nada, sólo el recuerdo mudo
de un pasado feliz
irrepetibles, de una ilusión perdida.
De ti, hicieron una tumba
ciega para ocultar las lágrimas
de los poetas, que de tanto
llorar, se les fugo el alma...
La poesía ¡sensacional! es de Esteban Enríquez.
Las fotografías del río Xares (de aguas verdes y cristalinas...) son
propiedad del autor de la www y por lo tanto de los vecinos y amigos
de Alberguería.
Subir
|
LA HERRERÍA
DEL XARES.
|
Situación aproximada de la Herrería, hoy bajo las
aguas del embalse de Santa Eulalia, en el río Xares. Mapa actual
junio 2006.
|
|
Otro mapa más simple y que indica donde estaba la herrería en
relación a Alberguería y la actual Prada, en el Municipio de A Veiga.
Ourense. Mapa actual junio 2006.
|
|
En el mapa de 1941 se ve la zona donde estaba la herrería, al
lado de Mondón y al lado del puente que cruzaba el río Xares en el
camino desde Prada a Mondón y San Fiz. Hoy la herrería está
bajo el embalse de Santa Eulalia.
|
|
En la fotografía, de
Juan Carlos Álvarez, está situada
aproximadamente la Herrería, justo en el cañón del Xares. La foto
está sacada cerca de Prada.
|
|
En la fotografía actual (2006) sacada desde satélite para el
programa Sigpac se puede observar perfectamente la zona en donde se
ve perfectamente las pocas casas de Mondón y por supuesto no se ve
la Herrería que he situado en el embalse. Tampoco se ve, por
supuesto, el puente que existía en ese lugar y que comunicaba Mondón
con San Fiz y el camino a Prada.
|
Justamente en esta fotografía del embalse de
Sta. Eulalia se ve la herrería. Fotografía enviada por Santiago
Palmeiro.
LA HERRERÍA DEL XARES.
(Texto sacado del libro
En
las orillas del Xares de Esteban Enríquez Fernández)
La Herrería estaba allí,
en el bajo Xares, cerca de Mondón y frente al viejo balneario de
aguas ferruginosas a donde acudían los agüistas todos los veranos a
tomar sus aguas beneficiosas para la salud que les recomendaban los
médicos.
El balneario estuvo en activo
y en pleno auge, hasta el final del siglo XIX y comienzos del XX;
pero la Herrería se había cerrado mucho antes, aunque por esas
fechas todavía estaba en pie la construcción de fábrica, donde se
podía contemplar entre las ruinas el gran martillo o maza de hierro.
También estaba bien visible y en perfecto estado el trozo de canal
romano que había aprovechado la herrería para tomar las aguas río
arriba hasta la misma herrería. Todo esto permanece ahora sepultado,
bajo las aguas del embalse de Santa Eulalia.
El balneario se salvó del
embalse porque no le alcanzaron las aguas, así como el Santuario de
la Ascensión de Prada; pero no tuvo la misma suerte la aldea de
Alberguería que quedo sumergida bajo otro embalse.
El trozo de canal todavía
visible construido por los Romanos, también está allí durmiendo bajo
las aguas, recordando el pasado histórico, lo mismo que las zapatas
del puente que unía la herrería con Mondón.
Los Romanos, habían iniciado
el canal aguas abajo del arroyo de Riomao, para conducirlas después
a los lavaderos de las arenas auríferas en las proximidades de
Montefurado.
El trozo del canal
Romano hasta la Herrería, está casi intacto porque se conservó al
ser aprovechado por la Herrería, para conducir las aguas hasta el
pie de fábrica para enfriar las coladas.
Todo esto, duerme ahora
en el silencio de los recuerdos. condenado al olvido, porque los que
construyeron los embalses, se encargaron de borrar definitivamente
cualquier vestigio y para mayor escarnio hay que decir que el puente
que separaba las dos orillas del Xares entre San Fiz y Mondón, se
hizo desaparecer sin reponerlo.
La misma fotografía. Santi Palmeiro 2007.
|
Nota del autor de la www:
Había oído hablar de
esta herrería a Ovidio Prada, que incluso me comentó la existencia
de ese canal Romano que iba, al parecer, hasta Montefurado, algo
increible. También me comentó que un estudioso poseía un estudio
sensacional sobre esta Herrería, estudio que realizó cuando se
hicieron las obras del embalse de Santa Eulalia. No descarto, por lo
tanto, poner en esta página www ese estudio, aunque todo esto es
simplemente una posibilidad. Desconozco como se llama y aun por
encima Ovidio Prada, mi informador, se murio (D.E.P.). Sabes
Ovidio que seguiré en el tema e otras cosas más difiles
conseguí...
Si alguien sabe algo de este tema que se
ponga en contacto conmigo vía este email.
Subir
|
EL
BALNEARIO DE MONDÓN
|
Situación aproximada del Balneario de Mondón. Mapa
actual junio 2006. Este Balneario no quedó bajo las aguas del
embalse de Santa Eulalia.
|
|
Otro mapa más simple y que indica donde está Mondón en relación
a Alberguería y la actual Prada, en el Municipio de A Veiga. Ourense.
Mapa actual junio 2006.
|
|
En el mapa de 1941 se ve la zona donde estaba la herrería, al
lado de Mondón y al lado del puente que cruzaba el río Xares en el
camino desde Prada a Mondón y San Fiz. Hoy la herrería está
bajo el embalse de Santa Eulalia.
|
|
En la fotografía sensacional del cañón de Xares (de Juan
Carlos Alvárez), está situada
aproximadamente la Herrería, justo en el cañón del Xares. La foto
está sacada cerca de Prada.
|
|
En la fotografía actual (2006) sacada desde satélite para el
programa Sigpac se puede observar perfectamente la zona en donde se
ve perfectamente las pocas casas de Mondón y por supuesto no se ve
la Herrería que he situado en el embalse. Tampoco se ve, por
supuesto, el puente que existía en ese lugar y que comunicaba Mondón
con San Fiz y el camino a Prada.
|
Fotografía del Balneario de Mondón
(sacada en el 2004) cedida para esta www por Mako, que por cierto me
está enviando todo un conjunto de fotografías y datos de este
Balneario que será publicado posteriormente en esta página www.
|
EL BALNEARIO.
(Texto sacado del libro
En
las orillas del Xares de Esteban Enríquez Fernández)
El Balneario de Mondón, puede decirse
que fue fruto de una corriente costumbrista, o quizá la moda de una
época feliz que tuvo su pleno auge en el siglo XIX o principios del
veinte, hasta bien entrado ya el año 1936, aunque todavía aquel año
hubo agüistas en Mondón, porque a partir de esa fecha se cerró
definitivamente, como consecuencia de la guerra civil en España.
Todavía en los años anteriores al
conflicto, en el treinta y tres o treinta y cuatro, seguía en pleno
apogeo, acudiendo la gente a tomar aquellas aguas
minerales-ferruginosas que les recomendaban los médicos de aquella
época.
El balneario, tenía su capilla para
los actos religiosos, dedicada a Santo Tomás de Becket, en donde
oficiaba misa todos los domingos un sacerdote que venía de la
parroquia de San Martiño, y luego por las tardes se hacía fiesta en
la explanada o plaza principal junto al balneario, animada con
gaitas gallegas, para entretener y distraer a los agüistas.
A partir del año 1936, el balneario
corrió la misma suerte que el canal Romano, la Herrería y el puente
que comunicaba las dos orillas del Xares entre San Fiz y Mondón y
San Martiño de O Bolo, con la sola diferencia de que el balneario,
no lo sepultaron las aguas del embalse.
El balneario se cerró por si
solo; por abandono y las malas comunicaciones y también por las
desastrosas consecuencias de la guerra civil del treinta y seis.
Ahora sólo quedan sus ruinas en medio
de un monte incomunicado, perdido entre zarzas y brezos, que poco a
poco van acabando con los viejos castaños que florecían en primavera
y daban sombra gratificante en el verano.
|
Notas del autor de la www:
(1) De San Martiño a Mondón hay 2,5
Km. Camino que hacía el cura los domingos para decir misa en Mondón.
(2) Hoy el balneario de Mondón está totalmente
abandonado. En el lugar a veces viven gentes que vienen de otros
lugares que no tienen nada que ver con el pueblo.
Esta es una vista actual de Mondón
(junio 2006), vista fotografía desde un satélite. Sigpac.
Desconozco actualmente como se llega a este lugar. A la
derecha el embalse de Santa Eulalia.
(3) Del Balneario, como de cientos de cosas, me
habló Ovidio Prada. Es más, Ovidio fue quien me regaló este libro
tan maravilloso.
Me contó que de niño
había ido con sus amigos hasta este lugar y ante mis preguntas
acerca del río Xares, sobre todo sobre su riqueza piscícola,
concretamente quería saber si llegaban las anguilas a estos lugares
por supuesto en su peregrinar desde el mar, me resumió una
anécdota que le pasó el día que visitó el Balneario, por cierto ya
abandonado. "Al parecer al llegar al lugar
echaron una bomba de palenque para avisar de esa llegada. En ese
momento en el río Xares , que no embalse, había unos furtivos que lo
habían envenenado y estaban cogiendo el producto de su barbaridad.
Asustados por la bomba de palenque y seguramente creyendo que era la
Guardia Civil la que venía, escaparon rápidamente subiendo la otra
ladera del río. Seguramente serían mozos del pueblo de San Fiz.
Para que se sitúe el lector que no conoce el lugar,
entre el pueblo y el río había apenas 150 metros. Los mozos
desaparecieron rápidamente y no volvieron a verse. Pero el río quedó
sembrado de cientos de anguilas, truchas y peces muertos.
Tantas eran que llamaron a gente que había en el
pueblo y se dedicaron a coger, al parecer a sacos..."
Efectivamente el río Xares tenía muchísima anguila
que remontaba todos los años nadando desde el mar...Por los años
cuarenta no había ningún embalse y las pocas presas que había las
remontaban fácilmente.
El río Xares era un
vergel para el pescador.
Con razón dice
Víctor Campio en el epílogo:
" ¡El Xares! Río
truchero, de perfil quebrado, que bajaba de los neveros de A
Ponte, muy cerca de Peña Trevinca, a trote y con prisa,
entre roquedales, sobre arena fina y cantos rodados, para
perderse en las entrañas del Bibei, del Sil, del Miño, del
mar...
Y un poeta para cantarlo."
Subir
|
EPÍLOGO:
VICTOR CAMPIO.
Víctor Campio Pereira
es el que escribe el epílogo del libro citado "En las orillas
del Xares" de Esteban Enríquez Fernández.
Víctor Campio, curiosamente, es un grandísimo amigo y
fue mi compañero de profesión muchos años en el Instituto de
Enseñanza Secundaria As Lagoas de Ourense. También profesor de
una de mis hijas. Hoy está jubilado, como corresponde a su edad.
No descubro nada nuevo si os digo que, para mí,
Victor Campio es actualmente uno de los mejores poetas gallegos, yo
pienso que el mejor. Titulo que compartía con Antón Tovar y con
Manuel Maria fallecidos recientemente.
No dejes de leer el epílogo y os daréis cuenta de que
es una auténtica prosa poética. Un fuera de serie aparte de una
bellísima persona.
Desconocía que Víctor Campio había estado, aunque
fuera de pasada, en Alberguería y por eso nunca fue tema de
conversación entre nosotros, pero lo será la próxima vez que lo vea.
Seguro que me contará cosas...
Nota: efectivamente que me habló de Alberguería,
dice que la visitaron después de comer y que le gustó mucho el
pueblo y le dió mucha pena cuando le dijeron que desaparecería
próximamente bajo las aguas de un pantano. Dice que
posteriormente pensó en escribir una novela sobre el tema. Al
final no lo hizo.
------------------------------------------------------------------------------------------------
Este es un pequeño curriculum sobre Victor Campio
Víctor Campio Pereira (Garabás, Maside, Ourense,
1928) |
|
Estudou
no Seminario e na Escola Normal do Maxisterio de Ourense,
exercendo de Mestre en Galicia, Castela e Levante. Licenciouse
en Filoloxía Hispánica pola Universidade Complutense de Madrid,
pasando a formar parte do INEMAD (Instituto Nacional de
Enseñanza Media a Distancia). Fundou as revistas “Aula I” e
“Tagore”, con fins educativos e colaborou, durante cinco anos,
nos suplementos pedagógicos da revista “Escuela Española”.
Iniciouse en poesía publicando
en “Mirador Galaico” e “Posío, Arte e letras” de Ourense. Textos
seus apareceron tamén en “Alcazaba” de Tetuán, “Trebo” de
Ourense, “Dorna” de Santiago, “Cadernos do Támega” de Portugal,
“Zorgai” de Bilbao, etc…
É autor dos poemarios O ar
que nos leva (1987), Perdida luz (2000) e O aire,
a luz e o canto. Poesía reunida 1987-2006 (2008) e ten
participado noutros libros colectivos: Sete poetas ourensáns
(1992) e Poesía dos aléns (1993). En prosa publicou a
novela Baixo o sol do Magreb (1999) e a colección de
artigos Escritos en do menor (2000). Encargouse da
adaptación de A gaivota do solpor (teatro noh
xaponés) de Junji Kinoshira e de Hércules e maila corte de
Auxías, de Friedrich Dürrenmatt, entre outras pezas
dramáticas que foron representadas polo grupo “Rúa Viva” de
Ourense.
Conseguiu os seguintes
premios: “Biblioteca Endesa” (A Coruña, 1977), “Festas da
Peregrina” (Pontevedra, 1977), “Festas da Luz” (A Rúa, Ourense,
1980), “O Nadal” (Begonte, Lugo, 1992), y “Modesto R.
Figueiredo” de narrativa (santiago, 1988).
Colaborou no xornal “La
Región” e noutras publicacións Iberoamericanas como “Noti-Tarde”
e “El Espectador” de Valencia (Venezuela), “La Ciudad de
Avellaneda” de Buenos Aires, e “Galicia”, tamén da cidade
porteña. |
|
Na
fotografía, con Víctor Campio no medio,
están Luis González Tosar, Xesús Alonso Montero,
Manuel Outeiriño e o representante de Caixa Nova.
Fai uns
días, concretamente o 28 de novembro de 2008
asistín á presentación dun libro seu "O
aire, a luz e o canto" un libro de poemas en galego
i
editado por Arte de Trobar. Realmente una marabilla de libro
que recomendo.
"Víctor Campio está considerado
como un dos cinco mellores poetas galegos de tódoslos tempos". (Xesús Alonso Montero)
Ver unha reseña deste libro en internet, así como un comentario persoal sobre Victor
Campio i este libro.
|
" ¡El Xares! Río
truchero, de perfil quebrado, que bajaba de los neveros de A
Ponte, muy cerca de Peña Trevinca, a trote y con prisa,
entre roquedales, sobre arena fina y cantos rodados, para
perderse en las entrañas del Bibei, del Sil, del Miño, del
mar...
Y un poeta para cantarlo."
Victor Campio visto por
Marcos de Abeleda no ano 1983.
|
EPÍLOGO
(Texto sacado del libro En
las orillas del Xares de Esteban Enríquez Fernández)
Y ahora cierro el libro. Pero un insistente
rumor de intimidades sigue mariposeando en mis jardines interiores.
Son las mariposas del recuerdo, esas avecillas chispeantes surgidas
al hilo de la lectura reposada. Vienen a buscarme desde el pasado
lejano, golpeando mis sienes.
Cierro también los ojos para concentrarme.
Y renazco en los años cincuenta, fecha de mi primer itinerario por
los caminos valdeorreses, al abrigo del Sil y de las cadenas
montañosas que separan Galicia de Castilla. Por allí y en aquellas
fechas conocí al poeta bolés, cantor del río Xares y
de sus riberas. Con el subí una mañana de mayo, por Petín y Mones, a
las tierras paleozoicas de Santa Olalla que más tarde inmortalizaría
en el celuloide el cineasta Chano Piñeiro.
Y llegamos a
San Martiño do Bolo,
aldea nativa del poeta, cuna de sus ancestros y fuente sagrada de su
inspiración. La primavera estallaba sobre sus campos. A la
entrada del pueblo, salieron a recibirnos sus más alegres moradores:
el mirlo canoro, de negro plumaje; la graciosa abubilla, con su
penacho de plumas; la bullidora oropéndola, que mece su nido al
viento desde el columpio del ramaje; el cuclillo perezoso y cantor,
que armoniza en nido ajeno la rutina del tiempo en la espesura de la
fraga...
Los poetas suelen ser generosos.
Regalan lo mejor que tienen -su poesía- y nos hacen partícipes de
sus emociones. Esteban Enríquez me regaló aquel día su palabra
poética. Su voz era un encendido canto al paisaje y a sus gentes, el
preludio en cierne del libro en sazón que ahora acabo de leer y que
obró en mí el acicate para el recuerdo.
Juntos recorrimos aquel día las corredoiras
aldeanas de O Bolo y A Veiga. Trepamos
los vericuetos del monte y descendimos a los valles profundos. En
A Alberguería contemplamos atónitos, entre el asombro y
la impotencia, las viejas casas deshabitadas, apiñadas en torno a la
iglesia, esperando la hora decisiva de su inmolación, en aras del
progreso. Muy pronto dormirán bajo las aguas.
Al santuario de Prada, llegamos en romería.
Admiramos su esbelta torre y le rezamos al Cristo de la ascensión.
También, en otro delicioso rincón, nos extasiamos ante las ruinas
del Balneario y la Herrería y nos entusiasmamos con la hermosura del
puente, ahora desaparecido, que unía las dos orillas del Xares.
¡Y el Xares! Río empinado y truchero.
Bajaba de los neveros de A Ponte a trote y con prisa.
Las truchas del Xares eran manjar
codiciado. No tenían el tufillo a fango de las truchas de otros
ríos, porque el Xares bajaba limpio, despeñándose entre rocas, sobre
arena fina y cantos rodados.
Comimos al aire libre, ritualmente,
extendiendo el blanco mantel de lienzo sobre el verde mantel del
soto. Allí, a la sombra de los castaños, comulgamos con telúrica
unción los frutos de la tierra y del río: cereales de la cuenca del
Bibei, truchas, anguilas y barbos del Xares, tinto o blanco de las
riberas vitícolas y el famoso requesón vianés. Arriba, en las copas
de los árboles, nos acompañaba la algarabía de una orquesta
pajarera, desde el mirlo al ruiseñor, desde el malvís a la tórtola.
Me consta que Alfonsina, la
adolescente que murió de amor, existió. Con otro nombre, pero
existió. En el año 37, en pleno furor campal de odio feroz, ella
protagonizó el drama de su amor, en versión definitiva. Como la
historia de la Storni argentina. Como la fabulación de la veronesa
Julieta o de la babilónica Tisbe. Conjugando realidad y leyenda.
También como ellas, esta hija de la tragedia y del amor tuvo su
canto fiel y su recuerdo perdurable en la memoria colectiva de los
pueblos que integran la vieja comarca bolesa.
Las chispeantes avecillas del
recuerdo siguen galopando mis sienes, devolviéndome a aquel lejano
pasado. El libro, ahora, reposa cerrado sobre mi mesa. Algún día
saldré con él hacia las tierras de O Bolo para releerlo a la sombra
de los alisos en flor que jalonan el recorrido del Xares. ¡El Xares!
Río truchero, de perfil quebrado, que bajaba de los neveros de A
Ponte, muy cerca de Peña Trevinca, a trote y con prisa, entre
roquedales, sobre arena fina y cantos rodados, para perderse en las
entrañas del Bibei, del Sil, del Miño, del mar...
Y un poeta para cantarlo.
Victor Campio Pereira.
|
Nota:
El lector
interesado con todo lo anterior debe leer el libro "En las orillas
del Xares" de Esteban Enríquez que repito es una auténtica
maravilla. Para el que no lo tenga a mano , pero dió una lectura a
todo lo anterior, sobre todo al epílogo de Victor Campio es posible
que no entienda cuando Víctor se refiere a Alfonsina. Efectivamente
para aclarar este punto les diré que Alfonsina es un soneto
maravilloso del libro que voy a reproducir. Es un soneto que el
autor dedica A Alfonsina que murió de amor una mañana de primavera
en las azules aguas del Xares.
ALFONSINA
(Soneto
para Alfonsina que murió de amor, una mañana de
primavera en las azules aguas del Xares).
Te fuiste de mañana enamorada
buscando en el
río libertad
huyendo hacia la
eternidad
misteriosa, sin
fe, desolada...
Te fuiste al llegar la madrugada,
creyendo
encontrar la felicidad
que te negó el
amor y la amistad.
Te fuiste para
ser liberada.
De un
mundo intolerante que abandonas
en primavera,
cuando el mar grita
y los prados se
visten de verdor.
Te fuiste
con dolor y aún perdonas
la prohibida
sinrazón maldita
que te ahogó en
lágrimas de dolor...
Esteban Enríquez Fernández.
Subir |
|